Historia de la producción cafetalera en Yauco

Salón (Hacienda Cafetalera Santa Clara)

El cultivo del café en la región de Yauco se remonta al siglo XVIII, impulsado por un entorno montañoso con altitud, lluvias regulares y suelos fértiles que favorecieron el cafeto. Con el tiempo, Yauco asumió un papel central dentro de la industria cafetalera puertorriqueña hasta el punto de ganar el mote de “Pueblo del Café”. Después de la Real Cédula de Gracia de 1815, la zona vivió un auge agrícola que incluyó al café entre sus cultivos principales.

En la segunda mitad del siglo XIX, la llegada de inmigrantes de Europa, en particular corsos, aportó capital, conocimiento agrícola y vínculos de exportación que elevaron la producción y reputación del café de Yauco. Esta combinación de factores permitió que el café local alcanzara mercados internacionales, codiciados por su calidad. No obstante, la industria también enfrentó desafíos como la competencia global, pérdidas tras huracanes y una gradual reducción del volumen exportado.

Un aspecto frecuentemente subvalorado es la contribución de los trabajadores migrantes y jornaleros que participaron en la recolección, procesamiento y labores de finca.

Durante el auge del café, las fincas en altitudes necesitaban gran cantidad de mano de obra, lo que llevó a que trabajadores costeros u otras zonas se trasladaran temporalmente a Yauco para la cosecha. En tiempos más recientes, programas federales como el de visas H-2A han permitido la llegada de trabajadores agrícolas temporeros de países como Colombia, Guatemala y México, para dar soporte a las labores de cosecha en Puerto Rico.

Hoy en día, aunque la industria cafetalera de Yauco no mantiene el volumen de otros tiempos, persiste una tradición viva gracias a fincas de microlotes, turismo agrícola y el valor simbólico del café como parte de la identidad local.

Esta herencia se reconoce no solo como actividad económica, sino como legado cultural que define al municipio y su paisaje montañoso.